Hay una íntima conexión entre los fenómenos de la naturaleza y lo que ocurre dinámicamente en nuestro cuerpo. Macro y micro cosmos, base doctrinaria de la medicina tradicional china. Por otro lado, mi práctica se propone en trazar puentes entre ella y la homeopatía.
Puentes posibles, pues los seres vivos y el universo son una unidad regida por dos fuerzas opuestas y complementarias entre sí que condicionan la cualidad y morfología de las cosas: el ying y el yang. Ambos principios crecen y decrecen representando un movimiento de flujo y reflujo que se manifiesta en absolutamente todos los procesos de la naturaleza.
Estos conocimientos aportan una gran ayuda al homeópata, a la hora de discernir la naturaleza de la sustancia a elegir en cada caso.
El remedio mejor elegido será aquel que coincida con la naturaleza del paciente. Este concepto planteado por el mismo Hahnemann es muchas veces dejado de lado, olvidado en el afán de prescribir rápidamente un remedio. Desconocer la naturaleza es desconocer la esencia, que es desconocer lo que cada individuo debe confrontarse y con lo que el médico debiera ayudar a su paciente a contactarse, y a partir de allí trabajar consigo mismo con lo que cuenta, con su propia arcilla, y no con un modelo prefabricado.